El uso de la inteligencia artificial (IA) en las empresas es un asunto que no se puede desligar de su impacto en la fuerza empresarial. No cabe duda de que esta tecnología supondrá a largo plazo la desaparición de empleos. Cifras del McKinsey Global Institute sugieren que la IA generativa y otras tecnologías, en su nivel actual, tienen el potencial de automatizar actividades que hoy representan entre 60% y 70% del tiempo de los empleados.